Que Dice La Biblia Sobre Las Hadas?

Que Dice La Biblia Sobre Las Hadas
Las hadas o fares, cuyo nombre significa «encantamiento», son seres de luz, sobrenaturales y pequeños, con poderes mágicos. Su corporeidad es muy particular, sensible y fluida. ¿Es la Biblia un cuento de hadas? Sin embargo, la Biblia con toda certeza no es un cuento de hadas.

¿Qué son las hadas en la Biblia?

La etimología de hada nos lleva al latín fata, Un hada es una criatura fantástica con forma femenina a la cual se le atribuyen capacidades mágicas. Por ejemplo: ‘Ayer vi una película donde un hada le cumplía el sueño a una niña pobre’, ‘Mi hija pidió que decoremos su habitación con duendes y hadas’, ‘Cuando era pequeña creía que las hadas existían de verdad, por eso solía buscarlas por todas partes’, A las hadas se las representa con cuerpo femenino y alas.

¿Qué son los duendes para Dios?

Historia – Los duendes son criaturas mágicas relacionadas en algún caso con las hadas que no forman parte de la tradición cristiana, aunque algunos demonólogos de los siglos XVI y XVII, y al menos desde la segunda mitad del siglo XV, los consideraban un tipo de demonio,

  1. Físicamente, se suele describir a los duendes como personajes de baja estatura (con altura no superior a un metro) y aspecto humanoide, con largas orejas puntiagudas y piel verdosa.
  2. Se caracterizan por ser seres elementales, cuidadores de la naturaleza y el bosque y muy escurridizos.
  3. ​ En la mitología de muchas culturas se les supone algún tipo de poder o conocimiento sobrenatural además de una personalidad bromista o maliciosa, por el cual son culpados de todo tipo de daños menores en el entorno doméstico o rural.

Según esta definición, serían considerados un tipo de duendes los gnomos, los trasgos, el tomte sueco, el leprechaun irlandés o el poltergeist alemán. Cubierta del libro La princesa y el duende, de George MacDonald. Este tipo de supersticiones ligadas a los hogares fueron difundidas por todo el Imperio romano, ya que su religión pagana afirmaba que había unos dioses menores, los lares o genius loci, que habitaban una casa a la que estaban ligados con la función de protegerla.

A veces estaban asociados a la familia que construyó la casa o que la habitó desde que fue construida, esto explicaría su frecuente relación con los fuegos del altar familiar u hogar, los pucheros o las alacenas. A esto habría que sumar una noción semejante por parte de los druidas, quizá todavía presente en la creencia germánica en los Kobold,

Pero esta tradición se presenta también en el folklore de todas las naciones eslavas, donde son llamados domovik, e incluso en el japonés, donde unas criaturas en todo semejantes se denominan zashiki-warashi, Por lo demás, los djinn de los pueblos semíticos poseen características muy parecidas.

La superstición, por otra parte, podría tener una etiología bastante elemental: una justificación maravillosa o imaginativa de los ruidos desconocidos que se producen en las alacenas, sótanos o cuevas subterráneas cerradas de las casas, casi siempre debidos a la presencia de pequeños roedores o depredadores en busca de alimento.

Es más, aparte de su origen supersticioso, la leyenda de la llamada ‘gente pequeña’, como los denominaba en su famoso manuscrito el párroco escocés Robert Kirk, ​ o ‘duendes’, está tan arraigada en unos lugares concretos de Europa ( islas británicas ) que algunos han llegado a teorizar la posible existencia de un pueblo humano de pequeña estatura ya desaparecido en estas ubicaciones, lo que ha convertido en más probable el descubrimiento reciente del hombre de Flores y el ya conocido pueblo pigmeo en África.

El primero en proponer esta explicación fue David MacRitchie (1861-1925), un folclorista escocés, en su obra The Testimony of Tradition ; este tipo de leyendas (y muchas otras) se habrían fundado en la existencia histórica de un pueblo que habitaría en cuevas o que sería subterráneo en las Islas Británicas, resto de gentes antiquísimas de tecnología muy primitiva, quizás neolítica, quienes, ante la llegada de pueblos más civilizados y mejor armados, se habrían ocultado en la oscuridad.

Esta teoría habría sido completada en The Witch-Cult in Western Europe (1921) por la doctora Margaret Murray (1863-1963). El alquimista y médico suizo Paracelso (1493-1541) escribió sobre numerosos tipos de criaturas ni humanas ni divinas en su grimorio Philosophia Occulta (1570), a los que llama genéricamente elementales y denominó gnomos (elemento tierra), ondinas (elemento agua), silfos o sílfides (elemento aire) y salamandras (elemento fuego): No pueden clasificarse entre los hombres, porque algunos vuelan como los espíritus, no son espíritus, porque comen y beben como los hombres.

El hombre tiene un alma que los espíritus no necesitan. Los elementales no tienen alma y, sin embargo, no son semejantes a los espíritus, éstos no mueren y aquéllos sí mueren. Estos seres que mueren y no tienen alma ¿son, pues, animales? Son más que animales, porque hablan y ríen. Son prudentes, ricos, sabios, pobres y locos igual que nosotros.

Son la imagen grosera del hombre, como éste es la imagen grosera de Dios Estos seres no temen ni al agua ni al fuego. Están sujetos a las indisposiciones y enfermedades humanas, mueren como las bestias y su carne se pudre como la carne animal, y son virtuosos y viciosos, puros e impuros, mejores o peores.

  • Los duendes corresponderían a los gnomos y silfos y habitan mundos propios no muy alejados del nuestro, aunque invisibles para nosotros porque nuestros sentidos son poco sutiles y poco desarrollados y por tanto no aptos para observarlos.
  • Sin embargo todas esas criaturas, según Paracelso, tienen en común ser seres interdimensionales y atemporales, viven en comunidades jerarquizadas, son invisibles para los hombres, pero no para algunos animales y niños, son juguetones y tramposos y enormemente interesados en algunos aspectos sexuales de los humanos, a quienes a veces raptan cuando son niños; viven muchos más años que los hombres, pero sin llegar a ser inmortales: 500 años o más, éticamente neutros, inteligentes, y les aterroriza el hierro y el acero.

Poseen tres grandes festividades: la del mes de mayo, la del 24 de junio ( solsticio de verano ) y la del mes de noviembre. Siguiendo la terminología de C.S. Lewis en su ensayo «The Discarded Image: An Introduction to Medieval and Renaissance Literature» (1964), traducido al español como La imagen del mundo, ​ cabría identificarlos con los longaevi o longevos, espíritus que, cuando Lucifer se levantó contra Dios, no se pusieron de parte ni de este ni de aquel.

Dios habría suspendido su sentencia hasta el día del Juicio Final, y mientras tanto estos seres circularían por el orbe infranatural, es decir, por debajo de la órbita de la Luna, pues por encima estaría lo sobrenatural. Algunos habrían caído a la Tierra y por eso habitarían en cuevas o subterráneos.

No son exactamente demonios ni ángeles: son los duendes, hadas, etc. de que se ha hablado anteriormente, de ahí su ambigüedad moral. En otro ensayo, ​ el poeta Heinrich Heine llama a toda esta gente ‘dioses en el exilio’, porque antiguamente eran los diosecillos paganos menores que detentaban algunas funciones religiosas y ahora han sido arrojados al margen, por lo que aparecen ridiculizados por la tradición religiosa dominante en los cuentos folklóricos tradicionales.

¿Cómo es el mundo de las hadas?

Los incrédulos atribuyen muchos aconteceres extraordinarios de su vida al azar, a su ‘buena’ o ‘mala’ suerte, o a otras causas; rara vez los asocian a las hadas; no obstante, ellas rondan permanentemente en torno a los humanos; para bien o para mal, intervienen en sus destinos y eventualmente propician encuentros con determinadas personas; hasta donde logramos identificarlas, las experiencias posibles con ellas son las siguientes: visualización, coincidencia, pacto, apertura, viaje, baile encantado o Sortilegio del Anillo y Feériesse : algunas son maravillosas, otras muy desagradables y hasta pueden llegar a ser pavorosas o letales.

Visualización es lo que el nombre denota; un hada se deja ver por un instante. Según algunas creencias, ver a las hadas es posible mirando por el hueco abierto naturalmente, por la acción del agua, en un canto rodado; otras lo suponen factible al mirar a través de un cristal tallado en forma especial o mediante el procedimiento de untarse en los ojos un ungüento mágico elaborado a base de tréboles de cuatro hojas.

La visión feérica es perturbadora por su inconmensurable belleza; lo único a lo que podría apelar a propósito de dar una idea aproximada de ella, es a una experiencia psicodélica. En la coincidencia, también llamada ‘cruce de caminos’, la persona se encuentra con un hada como por obra del azar; socializa con ella durante algún tiempo; conversan animadamente, hacen juntas un trecho de la jornada, reposan; el humano comparte con ella su pan, queso y vino y quizá llegue a tocarla; de haber sido generoso y amable, con toda seguridad recibirá un beneficio.

Lo más corriente es que la persona ignore haber estado en compañía de un hada; ahora bien, un observador perspicaz podría identificarla a partir de algunos indicios, por ejemplo, por una torpeza suya debida a su desconocimiento de las costumbres locales, en cuyo caso lo más sensato para el mortal es no darse por enterado.

El hada agradecerá la gentil omisión de su error; en sentido opuesto, asumirá como un insulto el ser puesta en evidencia; en ese preciso instante terminará el encantamiento y a breve plazo quizá venga la retaliación. Algunos encuentros son resultados del azar. Símbolo de una antigua secta feérica representando a un hada atrapada en la tela de una araña. El hada de esta leyenda tuvo suerte; unos campesinos de tránsito por el robledal advirtieron el acontecimiento y la liberaron. Como la Ley de las Hadas impone dar siempre algo a cambio de lo recibido, el ente de las florestas umbrías quiso mostrar su agradecimiento de una forma grandiosa, revelándole a sus salvadores el secreto de las trufas, que hasta entonces habían sido un deleite exclusivo de ellas; los gañanes las probaron y no apreciaron la excelencia de ese hongo negruzco y terroso; entonces el hada, furibunda ante lo que sintió como un desprecio, dejándose llevar por la arbitrariedad característica de su especie, hizo un hechizo mediante el cual atribuyó a los cerdos la sensibilidad de gustar de las trufas, y a sus salvadores los recompensó con una vulgar bolsa de monedas, con lo cual ellos quedaron de lo más contentos.

El valor de esa cantidad de dinero apenas equivalía a una mínima fracción del que llegaría a tener una trufa. La rabieta del hada privó a la humanidad del deleite de esos hongos durante siglos y siglos, porque, en efecto, pasó muchísimo tiempo antes del descubrimiento de las trufas por el hombre, a partir de la observación del comportamiento de los puercos.

Los pactos invariablemente son experiencias desgratificantes; nadie ha logrado desentrañar qué mueve a las hadas a hacer tratos con los humanos; al parecer, es un tipo de juego perverso destinado a hacer escarnio de los mortales aprovechándose de su codicia, uno de los atributos humanos más despreciables, al pensar de las hadas.

El pacto clásico, por así decirlo, consiste en acordar con un viajero darle toda la riqueza deseada, a cambio de recibir lo primero que salga a su encuentro al regresar a su casa; el hombre acepta, encantado, por cuanto sabe que ‘lo primero’ en salir a su encuentro será, como de costumbre, su fiel perro, pero no contó con la astucia del hada: mediante un sortilegio hace caer al animal en un profundo sueño y al llegar a su casa el primero en salir a su encuentro es el hijo menor del socio, un niño precioso de quien el ente feérico se había encaprichado.

Apertura consiste en que un hada le permite a un mortal de su simpatía darle un vistazo al Universo de las Hadas; en el particular lenguaje de las hadas ellas llaman eso ‘abrir la ventana’, y lo hacen sin mayor aprensión, porque saben que la gente sólo ve lo que quiere ver; además, si algún ojo zahorí atisba algo de la verdad del Mundo Oculto, y la cuenta, lo tendrán por un alucinado, ¡así de extravagantes son las cosas ahí!, y se hará el hazmerreír de todo el mundo; o bien, las hadas, preocupadas por sus revelaciones, lo harán pasar por loco.

Tal fue el caso de Richard Dadd, un pintor inglés del siglo diecinueve, cuya obra está dedicada íntegra a revelar el Mundo de las Hadas; los hadólogos creen que nadie ha atisbado el Universo Portentoso como él, ni nadie ha legado un registro más preciso del mismo. Las hadas le concedieron aperturas, pero más tarde, inquietas por las revelaciones, se arrepintieron de la gracia y lo condenaron a perder la razón; el infeliz pintor pagó cara su osadía: a los veintiséis años mató a su padre y pasó el resto de su vida encerrado en un asilo de locos; también acarició la idea de asesinar al Papa.

Sus cuadros están en la Tate Gallery de Londres; no es aconsejable detenerse ante ellos por mucho tiempo, por más que un extraño influjo nos atraiga a contemplarlos. The Fairy Feller’s Master-Stroke (mediados del siglo XIX), de Richard Dadd. Galería Tate, Londres. Freddy Mercury se declaró ‘obsesionado por esta obra’ y compuso una pieza de rock del mismo nombre. El viaje es exactamente eso, un viaje al supuesto Reino de las Hadas, o lo que es lo mismo, a la Dimensión Desconocida; suponemos acontecidas tales experiencias a partir de las inexplicables desapariciones de personas en diferentes épocas y partes del mundo.

Sí, idénticas a las abducciones que de un tiempo a esta parte empezaron a atribuirse a los extraterrestres. Todo mito tiene lo que los antropólogos decimos ‘un fondo residual de verdad’, esto es, parten de hechos verídicos remotos, y también sabemos que los mitos se forjan a partir de patrones culturales establecidos; en el pasado, los encuentros cercanos, raptos, viajes y todo eso, se atribuían a los duendes, íncubos y súcubos y hadas; en la modernidad, bajo la influencia de las películas y novelas de ciencia-ficción y de la prensa sensacionalista, se suponen obra de los alienígenas; en realidad, las únicas y verídicas agentes de esas experiencias prodigiosas son, y siempre han sido, las hadas.

Con certidumbre, nadie sabe si algún viaje realmente ocurrió ni lo que le pasó a la persona durante el mismo, porque o bien son viajes sin retorno, o quienes regresaron no tuvieron oportunidad de contar su aventura. Claro, me refiero a los viajes auténticos, por cuanto está demostrado que todos los reportes de supuestos raptos por extraterrestres, sin excepción, son falsos.

El problema radica en el tiempo, en la noción del tiempo. En el Mundo Oscuro el tiempo transcurre a un ritmo del todo diferente al del mundo tangible; supone el mortal haber pasado en él un lapso breve, cuando pudieron haber transcurrido centurias, el tiempo en el que se consume no sólo la vida de un hombre, sino también sus despojos mortales; por tal razón, apenas la persona sale del ámbito hádico y entra en el terrenal, se convierte en una especie de momia inerte, en una osamenta pelada y desarticulada, o en polvo, según el tiempo transcurrido a partir de su muerte.

Cierta vez el príncipe Rodel de Galicia recorría sus dominios acompañado por un contingente de sus caballeros; súbitamente advierte que todos han desaparecido; los busca afanosamente por el entorno hasta caer rendido por la fatiga; de pronto, con la puesta del sol, y en la misma forma instantánea, su séquito aparece ante sus maravillados ojos, pero hombres y caballos tienen la apariencia de estatuas de arena gris; loco de alegría, Rodel quiere tocarlos, abrazarlos; al hacerlo las figuras se desmoronan y quedan formando una pila de ceniza.

  • En la vida del príncipe habían transcurrido unas cuantas horas; para los caballeros, llevados por las hadas a un viaje, habían pasado mil años.
  • Las hadas hacen caer a alguien en un baile encantado, o Sortilegio del Anillo, por inconsciencia, no por maldad; como para ellas el tiempo no existe, suponen que tampoco los humanos tienen noción del mismo.

No hay noticia de bailes encantados en ambiente urbano; es, en consecuencia, un fenómeno netamente rural. En las noches de luna llena las hadas se sienten compulsadas a reunirse en un claro del bosque o un prado aislado para bailar haciendo círculos, en lo conocido como Anillos de Hadas.

Los anillos representan un gran peligro para todo aquel, hombre o mujer, que, sea por azar, o movido por la curiosidad, se encuentre en ese sitio. El salvaje encantamiento de la música de las hadas lo atraerá inexorablemente al anillo y lo impulsará a incorporarse al baile; las hadas, con la intención de concederle una gracia muy especial, lo harán pasar al lugar de honor, al centro del corro, y celebrarán sus destrezas dancísticas con gritos de júbilo.

Al principio, la persona goza de una fiesta nunca antes vivida; no puede ser de otro modo, al hallarse uno a medias embriagado por un misterioso efluvio vagamente perfumado, bailando a la manera de los faunos siguiendo una música que pareciera nacer de entre las copas de los árboles, bañado en luz de luna, enardecido y sudoroso, pero a la vez refrescado por el más amable de los céfiros, rodeado de preciosas muchachas semidesnudas, todas, al parecer, dispuestas a complacerte al menor requerimiento, pero, al cabo de un rato, y al comprender el mortal que, contrariando su voluntad, no puede dejar de bailar ni salir del círculo, el jolgorio poco a poco se va volviendo algo cada vez más agobiante, y en ello seguirá, presa de la angustia, hasta caer exánime.

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Al volver en sí, el infortunado quizá tenga la impresión de haber danzado toda la noche; pudieron haber pasado siete años, o más. La ausencia de la noción del tiempo en las hadas ha traído serios problemas a los mortales víctimas de su sortilegio; el caso más conocido es el de un colono de Nueva Inglaterra llamado Rip van Winkle.

Se tendió el buen hombre a hacer una siesta bajo un árbol, ignorando que se trataba de una localidad hádica; ellas decidieron darle una lección por violar su espacio; al despertar suponía haber dormido un par de horas: ¡las hadas lo habían rendido en un sueño de cien años! Las hadas lejos están de ser entidades exclusivas del folclor céltico.

  • Y por último, la Feériesse,
  • La palabra feériesse es ajena a la lengua castellana; al parecer, es de un muy antiguo dialecto celta y quizá provenga de la fusión de los vocablos erise, cuyo significado es, según el contexto, alegría o enamoramiento, y fee, que es una forma de llamar a las hadas; feériesse podría entenderse en el sentido de ‘hada enamorada’, o ‘enamoramiento hádico’, o quizá, mejor, ‘encaprichamiento hádico’.

La palabra hada, en cambio, es muy vieja en nuestro idioma; el primero en usarla fue el escritor francés Jean d’Arras, de finales del siglo XIV, en su novela Melusina, Inicialmente tuvo la forma hado, proveniente del latín fatum, con el significado de predicción, oráculo, destino, fatalidad; en los tiempos medievales ya era común la forma hada, con el mismo significado, pero reciben los más variados nombres: elfo, fairy, fairie, ferier, feéri, fata, fay y esto sin tomar en cuenta las denominaciones eufemísticas, por el estilo de ‘las niñas del bosque’, por cuanto una tradición nos hace saber que no es prudente nombrar a las hadas; es una creencia muy difundida.

  • En los libros de caballería la palabra hada se utilizó para designar ‘a un ser femenino sobrenatural que intervenía de varias maneras en el destino de los hombres’ y en ese sentido ha perdurado en nuestra lengua y en la generalidad de los demás idiomas modernos.
  • Las hadas lejos están de ser entidades exclusivas del folclor céltico; los celtas, desde tiempos remotos, les dieron a las hadas especial relevancia, de modo que la mayor parte del conocimiento concerniente a ellas proviene de esa cultura arcaica, pero en realidad están dispersas por el mundo.

Según las obras de Chrétien de Troyes y especialmente de Jean d’Arras, Couldrette y Thüring von Ringoltingen, las hadas son unos seres de gran belleza, muy blancas, poseedoras de considerables riquezas y en ocasiones dotadas de talento en construcción u otras artes. La Dama del Lago, en una ilustración hecha por Lancelot Speed. Sería en la Baja Edad Media cuando el hada femenina ocuparía todo el protagonismo. El primer personaje literario que reúne inequívocamente las características de un hada es la Dama del Lago descrita por Chrétien de Troyes (segunda mitad del siglo XII, Francia) en su obra Lancelot ou le Chevalier de la charrette,

Fue la Dama del Lago la que se ocupó de la educación del héroe Lancelot y la que lo curó de su locura. No obstante, este autor no menciona el término hada, A partir de este período histórico la presencia de las hadas trasciende la tradición oral y se vuelve cada vez más frecuente en la literatura escrita; después serán motivos de los artistas plásticos, músicos, coreógrafos y finalmente de los cinematografistas.

Adquieren identidades individuales y algunas de ellas se vuelven famosas. Es difícil referirse a ellas sin mencionar a Melusina; a Morgana; al ‘Hada madrina’ de La Cenicienta; a la amante del mago Merlín, Viviana, la Dama de la Fuente o del Lago (también llamada Niniana o Ninué en algunos textos); a Sylvia, protagonista del ballet de ese nombre, que es una ninfa (antecedente griego de las hadas), lleno, además, de náyades, dríades, faunos y campesinos; a Myrtha, reina de las wilis en Giselle, y aunque no identificadas con nombres propios, a las siete hadas buenas y una mala de La Bella Durmiente.

  1. Melusina es un personaje de la literatura medieval francesa, obra de Jean d’Arras (iniciador en 1392), Couldrette y Thüring von Ringoltingen (la termina en 1456), quienes recopilaron una serie de cuentos y narraciones populares ambientadas en la corte del rey Arturo.
  2. Uno de los paradigmas hádicos lleva su nombre, hada melusiniana : aquella que abandona su mundo feérico para unirse a un hombre y compartir con él su vida, su fortuna y ser la madre de sus hijos, a cambio únicamente de respetar una promesa.

Compromiso que generalmente no se mantiene. Así ocurre tratándose de Melusina; está sujeta al sortilegio de sufrir una trasformación monstruosa todos los sábados, la de convertirse en serpiente de la cintura para abajo. Ella y un príncipe se enamoran; el hada acepta ser su esposa en cuanto él le jure que jamás la verá los sábados, día que ella pasa encerrada, dedicada al baño. El descubrimiento del secreto de Melusina, de Le Roman de Mélusine, Es una de las dieciséis pinturas hechas hacia 1410 por Guillebert de Mets (Francia, 1390 o 1391-1436?). Biblioteca Nacional de Francia. Un ser femenino, por lo general, sí, aunque no necesariamente; en realidad, las hadas no tienen sexo, y al materializarse en personas pueden adoptar el aspecto varonil o el femenino; ocurre con ellas que por ser su naturaleza esencial tan sutil, delicada y sensitiva, sienten repugnancia por la rudeza viril, así como fascinación por lo femenino; por esa razón en los Anales Feéricos son rarísimos los casos de hadas transfiguradas en hombres.

Existen hadas de las más diversas especies; las principales forman parte del grupo de los Elementales, o Seres Primarios, identificados originalmente por Paracelso en el siglo dieciséis; cada uno corresponde a uno de los cuatro elementos primordiales a partir de los cuales, diversamente combinados, fueron creados el Hombre y todas las demás cosas existentes.

Las Nereidas y Náyades son las hadas del agua; las Drinfas son las de la tierra y comparten este dominio con los Gnomos. Las Salamandras, lo son del fuego; ciertas hadas llamadas Sílfides son las del viento. Las Nélidas son las hadas de los bosquecillos formados en los parques de las ciudades.

Suelen representarse bajo la apariencia de una muchacha de inmensos ojos negros, cuya mirada debe evitarse, y de una larga y espesa cabellera asimismo oscura. Son hermanas de las Ondinas y de las Náyades y primas de los Silfos. Las Nélidas y las maléficas Wilis, son, además, las únicas hadas trigueñas, o con su pelambre entre negra y castaño oscuro; todas las restantes especies de hadas son rubias o pelirrojas.

Todos estos seres tienen aspectos comunes. No son entes del todo espirituales (en tal detalle se diferencian de los Ángeles, buenos y malos), pero tampoco son del todo materiales; el especialista Robert Kirt los describe como seres cuya naturaleza está en el término medio entre el Hombre y los Ángeles; no tienen sustantividad, sin embargo, pueden materializarse a voluntad, estando en ello sometidos a ciertas restricciones en cuanto a forma —de lo cual están exceptuadas las hadas: ellas pueden asumir cualquier configuración concebible— y a la duración de su materialización, que nunca puede ser muy prolongada.

Hacen sentir su presencia a los humanos mediante actos benévolos o malignos; son invisibles al común de los mortales, pero los animales los perciben, los intuyen o ‘presienten’; logran verlos con más facilidad los niños, los clarividentes, los poetas, los retrasados mentales, los locos y las personas sintonizadas con lo espiritual.

Es muy poco probable para una persona desprovista de imaginación ver un hada; ninguna de ellas mostraría el menor interés en un mortal desprovisto de ese recurso de la mente. Existen hadas intrínsecamente malvadas y otras que no son ni buenas ni malas; simplemente son hadas y responden a su naturaleza psicológica de carecer de sentido de la moral.

La generalidad de las hadas son amorales; no piensan ni sienten como nosotros; no entienden del pudor, ni de la propiedad privada ni de ningún otro de nuestros valores; no saben de la virtud ni del pecado; no son buenas ni malas, sólo se dejan llevar por sus estados de ánimo. Malas son las Wilis y las Lamias, entre otras.

Las primeras se cree son las doncellas muertas a causa de un amor infortunado: al languidecer de tristeza por el abandono de un amante, por cometer suicidio al sentirse traicionadas, ser víctimas de un crimen pasional o cualquier otra causa relacionada con el amor.

Viven formando grupos y se radican en los bosques; su misión consiste en atrapar a hombres que han hecho daño a una mujer y hacerlos morir al caer por un precipicio. Valiéndose del poder propio de las hadas, asumen diferentes configuraciones a propósito de lograr su objetivo; por ejemplo, las hadas que moran en la montaña Ávila (en la costa, al norte de Venezuela) toman la forma de orquídeas cantadoras de melodías obnubilantemente hermosas; el hombre perdido en esa floresta deambula por la noche, oye el canto, busca su origen y termina cayendo por un despeñadero.

Las lamias, en sentido opuesto, son hadas tristes y solitarias que viven en cavernas; su figura es femenina. En algunas mitologías se les atribuyen hábitos vampíricos, sin que se disponga de ninguna evidencia firme al respecto. El hada diminuta con aspecto de niña, provista de alas de mariposa, o el hada con apariencia de una hermosísima mujer, vestida con galas medievales y portadora de una corona y de una varita mágica, o aquella cuyo aspecto recuerda a una benévola abuelita todas son estereotipos populares a los que dieron forma las descripciones en los cuentos de hadas, a partir del siglo dieciocho, las estampas que así las representan y más recientemente, las películas.

Claro, un hada puede asumir esas formas, pero en verdad tales imágenes son una degeneración de la que alguna vez fuera una seria y de algún modo siniestra tradición. Si una persona cree haber visto un hada de esa apariencia se debe a que, por ser precaria su imaginación, no logra concebirla de otra manera.

Sea dicho de paso, es muy poco probable para una persona desprovista de imaginación ver un hada; ninguna de ellas mostraría el menor interés en un mortal desprovisto de ese recurso de la mente, donde más se pone de manifiesto el Toque Divino. No es superfluo insistir en que la realidad de las hadas en nada se parece a la imagen edulcorada popularizada por ciertas películas y la mayoría de los cuentos; el mundo pueril del ‘Había una vez’ terminado con un ‘y fueron felices y comieron perdices’, como es de rigor rematar todo cuento para niños en la tradición hispanoparlante, tiene, desde luego, su valor y apreciable encanto, pero es una ficción; en realidad, las hadas son poder, poder mágico, incomprensible para los humanos y a menudo también hostil.

  • Una de las más notables estudiosas del Ámbito Hádico, la Iluminada Betty Ballantine, dice que el de las hadas es un mundo de oscuro encantamiento, de cautivadora belleza, de enorme fealdad, humor, maldad, goce a inspiración, de terror, amor y tragedia.
  • Es mucho más rico de lo supuesto por la ficción, y más allá de eso, es un mundo al que debemos acercarnos con precaución Repugnan a las hadas las personas maldicientes, groseras y quejumbrosas, porque son muy sensibles al cotodoma, o espíritu de las palabras; siendo negativo, contamina el ambiente espiritual donde ellas viven; suelen castigar a esas personas haciéndolas cometer errores y fracasar en sus empeños.

Odian la suciedad, aborrecen la mezquindad y castigan con particular inquina a los avariciosos; les irrita ser atisbadas y no debe el mortal invadir sus territorios ni mucho menos alardear de un favor recibido de un hada; son celosas de su intimidad; tratándose de relaciones con un hada, lo más prudente es llegar hasta donde ellas lo permitan.

Los Anales Hádicos son pródigos en casos de personas que, habiendo sido agraciadas por las hadas, a causa de una indiscreción pierden su favor; también abundan los de mortales severamente castigados por violentar su intimidad o su territorio; ensuciar su espacio, dormir en una colina residencia de hadas o cortar un árbol feérico, incluso hechas esas cosas sin mala intención, puede acarrear ceguera o una forma de locura que impulsa a la persona a lanzarse por precipicios.

Este es un brutal castigo preferido por las hadas malas, tal como ocurre en la versión original del ballet Giselle (coreografía de Jules Perrot y Jean Coralli, música de Adolphe Adams). El libreto lo escribió Théophile Gautier, que fue un eminente hadólogo.

Giselle es una doncella muerta por amor, al suponerse engañada por Albrecht; en el segundo acto el desolado amante vaga por el bosque en búsqueda de la tumba de la muchacha y cae en las garras de las Wilis, según lo dicho, hadas malignas, vengadoras de las doncellas muertas por amor, quienes compulsan a Albrecht a lanzarse por un despeñadero; así debía ocurrir en el libreto original, pero los productores consideraron ‘demasiado ácido’ ese final para el gusto del público parisino de la época —hablamos de mediados del siglo diecinueve— y lo cambiaron; Giselle termina salvando a su enamorado de la fatalidad.

En resumen, aunque las hadas están dispuestas a revelarse y a favorecer a sus Elegidos, por ser sumamente caprichosas y regirse por normas diferentes a las de los mortales, con harta frecuencia se ofenden, cambian de actitud y toman venganza por supuestas ofensas.

  • En sentido opuesto, adoran la cortesía; pero hasta en ello debe ser uno cauteloso con las hadas; no les place el agradecimiento efusivo de sus favores; a tal efecto, una gentil reverencia es suficiente.
  • Aprecian en las personas la pulcritud, la sinceridad: particularmente en el amor, y la honradez; son espíritus interesados en la fertilidad y simpatizan profundamente con los amantes, siendo inclinadas a castigar a las doncellas parcas en la concesión de sus favores.

La Reina de las Hadas es patrona pagana de los amantes; aparece en ese rol en el poema de Campion The Fairy Lady Proserpine, y en la comedia de Shakespeare Sueño de una noche de verano ; pero son cosas de la imaginación de esos poetas: no existe ninguna ‘reina de las hadas’ ni mucho menos un ‘reino de las hadas’, al menos no en términos de un territorio delimitado donde vive un colectivo de súbditos bajo el gobierno de una monarca; su reino es el Mundo Oscuro, compartido con otra infinidad de Seres Pequeños y entes espirituales.

  • La alegría atrae a las hadas como la miel a las moscas; la tristeza y la depresión las alejan.
  • Tampoco son las hadas seres solamente rurales; por cierto prefieren las florestas, grutas musgosas, rocas, pozos y manantiales; también se sienten cómodas viviendo en las ruinas aisladas de antiguas casas solariegas y castillos; pero están por todas partes: donde hay humanos, hay hadas, en consecuencia, están presentes en las concentraciones urbanas.
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En las ciudades moran en lugares bellos, como los museos y galerías de arte, las bibliotecas, escondidas entre las páginas de libros viejos; o que se asemejan a los sitios bucólicos: en los bosquecillos de los parques y en los jardines secretos; los campos de golf que a veces aparecen encajados en el paisaje urbano están llenos de ellas, y no es raro que muchas de las rabietas de los practicantes de este deporte, a causa de pelotas perdidas o caídas en trampas a partir de tiros pretendidamente ‘perfectos’, se deban a travesuras hádicas; también sus alegrías por triunfos, porque es hábito de las hadas favorecer a los hombres con quienes se encaprichan; el éxito inexplicable de ciertos golfistas bien podría deberse al glamour, que es así como se llama el poder de las hadas.

  • En las ciudades, también gustan de vagar por callejones remotos de las zonas viejas conservadas en algunas de ellas muy antiguas.
  • No perdamos de vista que las hadas son entes esencialmente eróticos, porque el amor es una fuente generatriz de energía poderosa, y ellas se nutren de esa forma de energía.

Las hadas incitan a los humanos al amor; crean condiciones para que personas afines se conozcan e inicien un romance; hacen que los mortales queden prendados de ellas al aparecérseles bajo el aspecto de sus ideales amorosos —es la clave de la Feériesse —, sin faltar casos en los que la travesura resulta al revés, y termina el hada enamorada del humano.

Los enamoramientos hádicos conllevan infortunio para ambos; para ella significa un enorme sacrificio transgredir el tabú a semejante relación, por cuanto conduce a la pérdida de sus privilegios; de hecho, un hada enamorada de un hombre y decidida a vivir con él se transforma en mortal y queda despojada de su glamour, aunque no de su carácter, en consecuencia, como mujer sigue siendo temperamental y caprichosa como un hada; es descuidada en el manejo del hogar y, por estar acostumbrada a ejercer poder, también es indócil ante su marido; pasado el fervor de los primeros días añorará su antigua condición privilegiada y se volverá amargada; tampoco acepta con la debida resignación el envejecimiento propio de los mortales.

Admitirá el lector que es un calvario vivir con una mujer así. Pese a su temperamento erótico y sensualidad, las hadas no experimentan orgasmos. Las hadas no lo alcanzan; no sabemos si es porque no pueden, o porque lo evitan. El orgasmo es una descarga energética poderosa que conduce a la petite mort, ese período refractario siguiente a la conclusión, la pérdida de conciencia o desvanecimiento posorgásmico; el gasto espiritual que ocurre en ese instante, ese inexplicable caer en la melancolía, esa noción vaga de trascendencia como resultado del consumo de fuerza vital Lo buscado por ellas en sus relaciones con los humanos es todo lo contrario; pretenden absorber su energía, cargarse con ella, no perder la suya; simulan tener orgasmos a propósito de estimular sexualmente a su compañero, porque saben que eso pulsa el ego del varón y con ello generan más energía.

  • La felación es una práctica corriente de la hadas, porque con ella reciben la energía viril en doble forma, espiritual y material.
  • Una de las teorías sobre el origen de las hadas, de hecho, la de mayor aceptación en los ambientes académicos y la única provista de soporte científico, sostiene que ellas son manifestaciones de la Energía Primordial.

Otro misterio de la sexualidad feérica es el concerniente a su virginidad. No se tiene la menor idea de la reacción de un hada al sentirse desflorada. En los Anales Feéricos figuran numerosos casos de feériesses, desde la remota antigüedad. Homero reporta uno, el de Circe, encaprichada con el héroe Ulises.

  1. Circe es en realidad un hada maligna; a causa de un error de traducción aparece como hechicera o maga; más tarde, Apuleyo hace referencias a ellas; abundan en la literatura medieval y en la romántica.
  2. Los informantes reportan relaciones sexuales completas y satisfactorias con hadas, pero ninguno hace la menor alusión a un hada virgen.

Una hipótesis (Cronopius Máximo) sostiene que las hadas aborrecen la desfloración basándose en lo identificado como anhelo de virginidad viril, Ese deseo ferviente del hombre de desvirgar doncellas responde a un impulso muy primitivo, francamente bestial, el que lleva al macho a asaltar, literalmente hablando, a la hembra, y a violentarla.

  • El anhelo aparece nítidamente plasmado en el libro Corán, síntesis del pensamiento islámico.
  • Alá ofrece el Paraíso a quienes mueren por su fe; en ese espacio o dimensión supranatural cada hombre dispondrá de cierto número de doncellas, las huríes, por siempre vírgenes, porque su himen se restaura luego de cada desfloración.

Una de las teorías sobre el origen de las hadas, de hecho, la de mayor aceptación en los ambientes académicos y la única provista de soporte científico, sostiene que ellas son manifestaciones de la Energía Primordial, ergo, son seres eternos que por alguna razón inexplicable adquirieron algo así como una entidad diferenciada del resto de las demás cosas habidas.

  1. Existen desde antes de la Creación —digo, si crees en un Creador—, o del comportamiento de la materia que lleva al bosón de Higgs; en cualquier caso, consiste en un fenómeno propio de la energía cósmica, sea manipulada por un Demiurgo o por otra causa.
  2. Como toda manifestación de dicha energía, las hadas pueden materializarse y a continuación volver a ser energía.

En el nivel astral, las hadas no se diferencian del resto de la energía primordial, y son invisibles. Al comenzar el tránsito hacia la materialización, un hada ingresa al nivel etéreo y en su estado natural es una esfera pulsátil de luz con un núcleo más brillante; así pueden ser percibidas entre dos parpadeos de un ojo, pero la mayoría de la gente rechaza esa visión, atribuyéndola a un efecto raro de la luz; luego pasan al nivel gaseoso, menos sutil que el etéreo, donde es más fácil percibirlas, aunque en forma de vagos celajes, como fantasmas; en el nivel material se hacen del todo visibles y tangibles, asumiendo cualquier forma copiada de la realidad.

¿Quién creó a las hadas?

¿Cómo surgió la creencia en las hadas? Famosas por su aura infantil e inocente, por sus pequeñas alas y su simpatía, lo cierto es que la imagen de las hadas que tenemos hoy difiere enormemente de la primigenia. Su origen se remonta a las mitologías griega y romana, cuando se las llamada hados –destino– y se las consideraba protectoras de la naturaleza.

  • Eran criaturas fantásticas y mitológicas que, en ocasiones, interactuaban con los hombres.
  • Pero también se hablaba de ellas en otras culturas.
  • En el norte de Europa, se las equiparaba con los duendes, los gnomos y los trasgos, todos ellos lúmenes de la naturaleza que solían aparecer alrededor de los túmulos funerarios.

Eran seres del inframundo, creados en la imaginación humana para perpetuar la creencia de la vida tras la muerte y darle un sentido a esta. Con el tiempo, fueron abandonando esa relación con la parca y, durante la Edad Media, se les otorgó una imagen más benigna a través de los libros de caballería, donde se las presentaba como altas, aristócratas y de gran belleza,

Las tramas hablaban continuamente de entre mortales y hadas, con toda la problemática romántica que tal relación atesoraba, Una de esas historias relataba cómo Gerbert de Reims (940-1003), el hombre más ilustrado de su época, se topó en el bosque con una bella mujer que lo llamó por su nombre. Estaba sentada en una alfombra de seda, junto a una enorme pila de dinero.

Se trataba de un hada llamada Meridiana, quien le rogó que tomara el dinero y se convirtiera en su amante, a lo que el interpelado accedió sin dudar. Cuando Gerbert se convirtió en el papa Silvestre II, Meridiana le aseguró que no moriría hasta que celebrara una misa en Jerusalén,

Como el pontífice se encontraba en Roma, se sentía siempre a salvo, hasta que un día, al oficiar misa, vio a Meridiana revolotear a su alrededor, aguardando para llevárselo al inframundo. Intrigado, preguntó cómo se llamaba la iglesia donde estaba celebrando la eucaristía y la respuesta fue: ‘Santa Cruz de Jerusalén’.

Con relatos como este, no es de extrañar que varias familias nobles, como la de los condes de Poitou, la dinastía de Luxemburgo o la de Enrique II de Inglaterra, afirmaran descender de las hadas, en especial, de la más famosa de todas, Melusina, No fue hasta la llegada de William Shakespeare, cuando estos personajes encogieron en tamaño y se convirtieron en seres diminutos, casi etéreos, difíciles de ver, luminosos y dotados de pequeñas alas.

¿Cuál es la función de las hadas?

Origen – En la mitología griega existían los hados y el poeta Ovidio, entre otros, los menciona en su obra inmortal Metamorfosis, Unos podían ser hombres, caso de su rey Oberón, y otras mujeres según se diera el caso. Académicas como Victoria Cirlot ven en las Parcas un antecedente de las hadas, al menos de las hadas madrinas,

​ Autores como Collin de Plancy (1842, p.201) y especialmente Sherman Loomis (1991) remontan el origen del mundo feérico a la mitología céltica y las historias populares centroeuropeas. Según esta línea de pensamiento los autores medievales como D’Arras, Couldrette y Thiiring von Ringoltingen recogieron la tradición oral céltica y la unieron a personajes como Melusina, Viviana, la amante del mago Merlín, Morgana o la Dama de la fuente,

Sería en la Baja Edad Media cuando el hada femenina ocupa todo el protagonismo. La primera hada sería la Dama del Lago descrita por Chrétien de Troyes en su obra Lancelot ou le Chevalier de la charrette, Fue la Dama del Lago la que se ocupó de la educación del héroe Lancelot y la que lo curó de su locura.

Muestra todas las características de un hada, pero no se menciona el término hada, sí se amplía un poco más en obras posteriores incluyendo su nombre, Viviana, ​ Fue a finales del siglo XIV cuando el francés Jean D´Arras ((1478)1854) quien emplea por primera vez la palabra hada en su novela Melusina,

Esta obra fue redactada con la intención de otorgar a los duques de Lusignan una ascendencia casi mitológica y en ella todas las hadas son mujeres. Lo es Melusina, su madre y sus hermanas. ​ Las leyendas celtas hablan del reino de los Áes Sídhe (pronunciado As Shi) también conocido en idioma inglés como Fairy Folk, y donde la mejor traducción a nuestro idioma sería Hadas, si bien es importante recalcar que no se habla de la concepción victoriana de la Hadas, esos seres diminutos con alas de mariposa, las cuales son en realidad pixies,

Los Áes Sídhe, son seres semidivinos que viven entre este y el otro mundo, con conexiones importantes con la naturaleza y las deidades, la mayoría de los relatos los representan como gente no muy alta, pero de aspecto y altura humana, de tez blanca, ojos claros y pelo muy negro. En los relatos medievales, las hadas (a veces llamadas «El Buen Pueblo» o «La Buena Gente») aparecen relacionadas con encantamientos y hechizos, conocedoras del poder y las virtudes de las palabras, las leyendas y las hierbas, que les permitían mantenerse jóvenes y bellas, y acumular grandes riquezas.

En algunos libros, se menciona que las hadas hacen todas las cosas inocentemente, aunque su comportamiento pueda llegar a ser perverso. En muchos escudos heráldicos de esta época se refleja el mundo de las hadas. Muchos aristócratas querían hacer ver que provenían de un linaje de las hadas.

  • En la mitología cántabra se las llama anjanas, entre las que están las Ijanas del Valle de Aras, cuya característica es que tienen pechos descomunales y son feas, pero pueden cambiar de apariencia a voluntad.
  • Este mismo tipo de hadas se encuentra en la isla de Gotland, en Suecia,
  • En Galicia se llaman mouras, en Asturias reciben el nombre de xanas, en Cataluña además de fada, se le llaman goja y en Baleares Dames d’aigua,

La mitología nórdica y la griega -encarnada en las ninfas y dríades de Homero y Ovidio – influyeron en el concepto que los primeros bardos se formaron de las hadas, pero andando el tiempo los escoceses, irlandeses, galeses y otros pueblos europeos llegaron a poseer un cuerpo lleno vivo de tradiciones, fundado principalmente en las leyendas celtas,

  1. Inicialmente se atribuyeron a las hadas proporciones humanas, pero las diminutas y etéreas criaturas de Shakespeare influyeron poderosamente en las concepciones posteriores de los poetas ingleses.
  2. Varios rasgos comunes caracterizan a estos habitantes del ultramundo en todos los países: se clasifican en benéficas y perversas, precisan ocasionalmente de apoyo humano, sus órdenes deben cumplirse estrictamente so pena de terribles castigos, etc.

Algunas de ellas son hadas convertidas en tales pero que antes habían sido mujeres. Estas se convirtieron en hadas a causa de alguna infracción contra la naturaleza (ya que es el sitio en donde viven), siendo castigadas por ello a tener tal apariencia, incluso a vivir en el mundo de las hadas.

  • Pueden ser desencantadas de diversas maneras en fechas concretas del año, como en La noche de San Juan y por ejemplo cuando se asoman a las aguas cristalinas y piden ser desencantadas.
  • Para las que se convertían en hadas o cruzaban el límite existente entre el mundo humano y el de las hadas, el tiempo en el espacio cambiaba ya que un día o un mes podía ser un año o un siglo.

Hay varias hadas con poderes nocivos que lo llegan a utilizar contra los humanos, la mayoría de las veces por maltratar la naturaleza (talar un bosque sería una auténtica catástrofe para su mundo). Llegaban a raptar a niños para cambiarlos por seres feéricos totalmente iguales a los niños raptados.

  1. Así intentaban crear una estirpe entre humanos y hadas, aunque los niños morían al poco tiempo, ya que eran pálidos y enclenques.
  2. En la Edad Media a todos aquellos niños que estaban pálidos y delgados se les consideraba que eran hijos de las hadas y habían ocupado el lugar del verdadero hijo.
  3. Otras veces engatusaban a un hombre de noble estirpe transformándose en mujeres de belleza inigualable para quedarse embarazadas de estos y dar a luz un ser mitad humano y mitad feérico.

Para que el ser sobreviviera el marido no debía de rezar nunca y jamás deberían ver a las hadas desnudas por completo. Este conjunto de supersticiones, derivadas de las creencias anímicas de todos los pueblos antiguos, ha inspirado a notables literatos sus fabulosos « cuentos de hadas ».

  1. La variedad de labores que llevan a cabo las hadas es casi infinita además de cantar y bailar, ayudan a los seres humanos en el campo, ejercen su control sobre el tiempo protegiendo las cosechas.
  2. Durante muchos meses ellas esperan impacientes la llegada de la primavera.
  3. También saben el día exacto en que brotarán las primeras flores pero prefieren mantener el secreto.

También hablan las leyendas del planeta que las hadas suelen tener poderes psíquicos o mágicos que, podían hacer felices a los seres humanos, también se creía que eran hechizadas por las brujas de los siglos XVII y XVIII para que vigilaran a sus víctimas, por otro lado, también se decía que eran ángeles en su forma femenina, aunque a veces se veían hadas macho.

¿Qué hacen los duendes con los niños que se llevan?

Cuenta la leyenda que los duendes, seres con forma humana pero diminutos en tamaño, se roban a los niños no bautizados. Esto con el fin de hacerles daño y permanecer en la tierra mucho más tiempo.

¿Qué pasa si hay duendes en la casa?

¿Qué significado espiritual tienen los duendes en la casa? En la actualidad hay quienes alegan que la presencia de un duende denota cargas positivas y otros afirman que son seres negativos y llenos de maldad. Así que sin duda es un tema bastante polémico de tratar. Ahora bien, la información que existe de los duendes es Leer más – ¿Qué significado espiritual tienen los duendes en la casa? ¿Qué significado espiritual tienen los duendes en la casa? En la actualidad hay quienes alegan que la presencia de un duende denota cargas positivas y otros afirman que son seres negativos y llenos de maldad.

Así que sin duda es un tema bastante polémico de tratar. Ahora bien, la información que existe de los duendes es variada, es decir, algunas personas alegan que existen criaturas positivas que también pueden ser llamados guardianes, pues su función es cuidar y velar por la integridad del hogar. Pero también, existe otra ‘categoría’ de duendes, pues hay quienes afirman que son pequeñas criaturas ‘burlonas’ que suelen generar conflictos entre los habitantes de un hogar.

En este caso se recomienda ahuyentar a la criatura. ¿Qué significado espiritual tienen? Y la última ‘categoría’ es el ‘cochino’ pues muchas personas alegan que existen criaturas capaces de tirar y regar la casa ‘lanzan platos, vasos, desordenan las camas, entre otras actividades’.

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¿Qué significan los duendes en el mundo espiritual?

Para descubrir el origen etimológico del término duende, hay que saber que son varias las teorías que existen al respecto. Así, hay una que viene a indicar que deriva de la raíz indogermánica ‘dend’, que se usa para referirse a lo que está relacionado con la casa. De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española ( RAE ), los duendes son espíritus que toman la figura de niños o ancianos y provocan diversos trastornos en los lugares donde habitan. Los duendes, según las leyendas populares, tienen la capacidad de encantar o hechizar las casas y los bosques.

  • Es habitual que los duendes sean presentados como humanoides que miden menos de un metro de altura, tienen las orejas puntiagudas y suelen ser bromistas.
  • Otra característica de los duendes es que logran escabullirse con facilidad, por eso resulta muy complicado verlos y atraparlos.
  • En cuanto a su condición moral, el folclore alude a duendes buenos que ayudan a las personas y a duendes maliciosos que les causan problemas.

Estos inconvenientes provocados por los duendes, de todos modos, no suelen ser graves. Existen muchos tipos de duendes según cada cultura, Entre los más conocidos aparecen los gnomos, asociados al mundo subterráneo, las minas, los bosques y los jardines.

  • Estos duendes lucen grandes gorros de color rojo.
  • El leprechaun, por su parte, es un duende irlandés que viste de verde y custodia calderos llenos de monedas de oro.
  • Las figuras de los duendes han dado mucho juego tanto en la literatura como en el cine.
  • Buena muestra de eso es que hay numerosas películas con esos seres mágicos como protagonistas.

Este sería el caso, por ejemplo, de ‘Leprechaun. La noche del duende’, que se estrenó en el año 1993, o ‘El duende y yo’ (1961). Los duendes navideños, por otro lado, son pequeños seres que ayudan a Santa Claus o Papá Noel, Se trata de duendes que fabrican los juguetes y los obsequios que luego reparte Santa Claus entre los niños en Navidad,

De la misma manera, no podemos pasar por alto la existencia de un grupo musical español, concretamente de Córdoba, que responde al nombre ‘El duende callejero’. Entre sus canciones más conocidas están ‘Nuestro techo de cristal’ o ‘Barre las penas’. Por supuesto, no podemos pasar por alto que también hay una expresión que utiliza el término que ahora nos ocupa.

Nos estamos refiriendo a la que dice ‘tener duende’. La misma se emplea, sobre todo en el ámbito del flamenco, para indicar que una persona, ya sea bailando, cantando o tocando un instrumento, tiene un sensibilidad especial, una capacidad de expresión elevada o un alma artística diferente que le hace única.

¿Qué lástima a las hadas?

Debilidades – El hierro, especialmente el puro que no ha sido forjado, es tóxico para las hadas; se cree que es debido a la alta cantidad de hierro en la sangre humana lo que le da esas propiedades mágicas al elemento. Debido a esto, las armas de las hadas suelen estar hechas de plata,

Siendo una aleación del hierro, el acero no es dañino para las hadas; ya que como fue trabajado y purificado ha perdido casi totalmente su poder sobre ellas, aunque sí las debilita. Otras de sus debilidades pueden encontrarse en la sal, la madera de serbal y la tierra de cementerio. Mientras que pueden soportar la presencia y el toque del agua bendita, las hadas se ven severamente debilitadas y enfermas cuando ingieren este líquido.

Además, saber el nombre real de un hada le da uno el poder sobre ella.

¿Qué es lo que comen las hadas?

Lo que comen las hadas El chef Oliver Mañas diseña un menú de cuento para celebrar las 21 ediciones del Festival de Los Silos y lo adereza con música y relatos. / FRAN PALLERO Frutos rojos, setas, champiñones y miel son los alimentos que componen la dieta de las hadas. Eso es lo que dice el chef Oliver Mañas, tras una cuidadosa investigación que toma de base una serie de cuentos de todas las épocas.

Con esos ingredientes se propuso el objetivo de diseñar un menú auténtico para una treintena de personas reunidas el pasado miércoles en el municipio de Los Silos, a propósito de la muestra Un mundo de hadas: comida, cuentos y música de seres maravillosos, en el marco del Festival Internacional del Cuento de Los Silos, que toma el municipio hasta el 10 de diciembre.

Las historias de Ernesto Rodríguez Abad (director del encuentro) y la música de Juanma Moreno fueron el aderezo de esta celebración. El espectáculo gastronómico, de cuentos y música es una de las novedades de este festival que cumple 21 ediciones. ‘Se trata de un show original, experimental y que invita a la improvisación’, apostilla para DIARIO DE AVISOS el director del Festival justo al finalizar su puesta en escena.

  • Como narrador, me he dejado llevar por las historias y por el vértigo de contarlas’, declara todavía emocionado.
  • Entre el público se encontraba el director del Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil (Cepli) de Castilla-La Mancha, Pedro Cerrillo, encargado de inaugurar el festival el pasado lunes.

‘Hacía mucho que no venía, al menos 10 años, y me ha impactado gratamente la cantidad y la calidad de los narradores. Los cuentos tienen esa capacidad de emocionarnos, es algo que atrapa. La muestra gastronómica de hoy sirvió para acentuar esa emoción’, concluye.

Un silense se hace con el premio de #MicroCuentoLS en Twitter ‘No todo es blanco o negro’, afirmó provocando risas incrédulas. Reinas y damas, peones, alfiles y caballos, no daban crédito’ fue el tuit ganador del primer concurso de relato corto a través de la red social de los 140 caracteres. Su autor fue Javier Pérez (@javierLosSilos).

Cientos de relatos se reunieron bajo el hashtag #microcuentoLS. : Lo que comen las hadas

¿Dónde viven las hadas en la vida real?

Thinkstock Bosques de piedra donde parecieran habitar las hadas o los duendes entre caprichosas formas que a veces recuerdan un paisaje lunar o escenarios de otra galaxia, pero no. Estamos en Capadocia, en la Anatolia central, en Turquía. Una región volcánica, donde las erupciones de fuego, los vientos y la lluvia fueron trazando uno de los panoramas más espectaculares e inquitantes del planeta.

¿Qué tipo de hadas existen?

Existen diferentes tipos de hadas : hadas de agua, hadas de fuego, hadas de tierra y hadas de aire.

¿Cuál es el país de las hadas?

Capadocia, el país de las hadas.

¿Cómo me conecto con las hadas?

Crianza Cíclica: Las hadas: ¿Cómo y por qué conectar con ellas? Las hadas son seres mitológicos que provienen de imaginarios muy antiguos. Desde siempre han existido historias, canciones, rimas y experiencias en las que las personas de alrededor del mundo han contado algo sobre ellas, y su tradición ha pervivido a lo largo del tiempo, hasta ahora.

  1. Las hadas forman parte del imaginario europeo antiguo proviniendo sus historias, sobretodo, del norte, de las zonas boscosas y montañosas.
  2. Estos seres etéreos y feéricos son muy diferentes de otros, y también muy especiales.
  3. Conectar nuestra energía y nuestro hogar o aula con las hadas significa mucho más de lo que, a simple vista, pudiera parecer.

¿Por qué? Porque la energía de las hadas es suave, amorosa, dulce, natural y muy, muy delicada. Para hacerlo tenemos que saber un poco más de ellas, pues hay algunos puntos en común, que todas las historias y tradiciones de hadas han conservado por igual, y que son importantes a la hora de introducir sus imágenes en nuestro hogar, y son las siguientes: – Las hadas nunca han tenido intención de establecer una relación con los seres humanos, pues desconfían de nosotros y no nos necesitan: En todas las historias, leyendas y mitos en los que las hadas aparecen, que no son pocos, estos seres se muestran independientes, reservados, etéreos.

  • – Molestarlas e invadir su espacio puede conllevar un castigo por su parte, pues son juguetonas, mágicas y tienen un sentido del humor muy desarrollado.
  • – Alguna leyenda explica que solamente pueden ser vistas por las personas nacidas en domingo.
  • – Habitan en todos los espacios naturales limpios y no excesivamente modificados por los humanos, y en cada uno de ellos estas hadas son diferentes, y se les conoce por un nombre diferente: por ejemplo, las hadas de los manantiales y ríos montañosos, lagos y cascadas, son muy diferentes a las hadas del bosque profundo, de las flores o de las nieves.
  • – Su energía y vibración es muy alta, así que para poder verlas tenemos que vibrar lo más alto posible.
  • – No se acercan a ciudades en las que los ruidos, contaminación, humos y asfalto son una realidad.
  • Estos puntos son comunes en las historias y mitos sobre ellas, y hay que conocerlas.
  • ¿Por qué conectar con las hadas, con los más pequeños?
  • – Porque los niños y las niñas viven más desde la sensación, la emoción y la parte espiritual de la vida, que los adultos.
  • – Porque la parte racional aún no se ha desarrollado plenamente en ellos y, por tanto, son capaces de acercarse al mundo mágico desde una mirada, un respeto y un sentir que, de mayores, es más complicado de realizar.

– Porque los seres mitológicos que han llenado leyendas de nuestra cultura, historias que se han convertido en imagenería popular, en nuestras tradiciones más apegadas a la tierra, son las semillas de la espiritualidad y la belleza de nuestro mundo, de la Vida Interior.

  1. Creamos o no creamos en la existencia de estos seres mágicos, la realidad es que si se ha hablado tanto de ellos, hasta el punto de convertirse en imaginario colectivo, es porque la medicina que ofrecen sus imágenes es buena para el alma del ser humano.
  2. ¿Cómo conectar con las hadas, con los más pequeños?
  3. Mayo es un mes perfecto para conectar con ellas, pues a Maeve, la Reina de las Hadas, se la celebraba en Beltane desde la antigüedad, y por tanto éste ha sido el momento en el que en todas las comunidades ancestrales se ha hablado más y más de hadas, mediante cuentos y canciones. De hecho, las mujeres y niñas celtas y más norteñas, vikingas, se vestían en primavera y en verano con atuendos y decoraciones muy parecidas a cómo se cree que visten y se peinan las hadas de esta época: vestidos largos suaves con motivos naturales, coronas de flores o flores por el cabello

Para conectar con las hadas en nuestro hogar, o en cualquier espacio, es necesario que éste esté lleno de materiales naturales: maderas, telas, cerámica Los plásticos y demás materiales manufacturados en exceso y contaminantes no son de su agrado, Además, los olores son muy importantes para ellas, así que los difusores de aceites esenciales, inciensos y esencias dulces y muy femeninas como las de lavanda, rosa o geranio les encantan,

Cartas ‘Flower Fairies’, de Mary Baker, del 1923: Soy una completa enamorada de esta baraja de cartas de las hadas de las flores que, además, nos abren todo un universo de posibilidades para trabajar muchos aspectos de la naturaleza a través de ellas. En la imagen que veis a continuación se ha hecho una propuesta de brazalete con la flor de la carta del hada Pansy.

Esta imagen es de Instagram: Wild Wattle Folk. Hadas y flores, en primavera, van siempre de la mano, y por ello podemos aprovechar para aprender más sobre la flora de nuestro territorio a la vez que creamos un espacio en el hogar conectado a la energía más sutil y delicada, la de estos dos seres: flores y hadas.

  • Imagen de Lacy Arrowsmith.
  • Un cuenco y cucharones con piedras de colores, semillas, flores, hojas y algunos cuentos de flores, como los de Elsa Beskow (que, por cierto, no está aún traducido ni al castellano, ni al catalán), son una apuesta 100% maravillosa.
  • Pero, además, hay álbumes ilustrados recientes muy bellos sobre flores. Este es uno de mis preferidos:

Lámina ilustrada del cuento ‘The Flowers Festival’, de Elsa Beskow.

El instituto de hadas ‘Faery Studies Institute’ se encarga de realizar estudios, actividades y manualidades para reconectar con la energía de las hadas, y hay ejemplos realmente bellos de sus trabajos. Algunas de las propuestas son complejas, pero nos pueden servir de guía, de ejemplo o inspiración para realizar algo más sencillo.

Imágenes de la cuenta de Instagram de Faeries Studies Institute. – Colgar en cada estancia un hada de inspiración Waldorf: la pedagogía Waldorf está íntimamente ligada a los ciclos de la naturaleza, y a las tradiciones de la tierra, y por ello me entusiasma tanto.

Estoy convencida de que su creador, Rudolf Steiner, era un ser humano conectado a otro nivel vibracional, pues comprendió cuando los estudios científicos aún no le daban la razón que solamente se aprende desde la emoción, por lo que los espacios y materiales de juego y aprendizaje (que viene a ser lo mismo) bellos, eran imprescindibles.

Así es: Belleza = emoción = aprendizaje asegurado. En cada estación el hada determinada, con los colores y elementos propios de la misma. En cada etapa vital el hada determinada, con los símbolos y elementos determinados. Las hadas Waldorf se realizan con lana cardada de oveja tintada, 100% natural. Hay multitud de tutoriales en internet para aprender a hacer hadas Waldorf, y también las podemos comprar. ¡Pero de verdad que todas y todos somos capaces de hacerlas, pues la técnica es sencilla y siempre, siempre quedan bien! – Crear un jardín de hadas: Puedes hacerlo en la naturaleza o en casa.

  1. Imagen de una escuela Waldorf en California.
  2. *Extracto del curso «Crianza Cíclica Primavera – mayo». Si te ha gustado lo que has leído, infórmate
  3. *La imagen de la portada es una ilustración de Elsa Beskow, del libro: «The flowers festival».

Crianza Cíclica: Las hadas: ¿Cómo y por qué conectar con ellas? : Crianza Cíclica: Las hadas: ¿Cómo y por qué conectar con ellas?

¿Qué son las hadas y de dónde vienen?

DE DONDE VIENEN LAS HADAS Son varias las teorías sobre el origen de las hadas, pero todas coinciden en un punto común: la relación de las hadas con la naturaleza. Las hadas descienden de los ángeles rebeldes que, cuando fueron arrojadas del cielo, se refugiaron en el mar, en el aire, en los montes y ríos.

¿Dónde viven las hadas en la vida real?

Thinkstock Bosques de piedra donde parecieran habitar las hadas o los duendes entre caprichosas formas que a veces recuerdan un paisaje lunar o escenarios de otra galaxia, pero no. Estamos en Capadocia, en la Anatolia central, en Turquía. Una región volcánica, donde las erupciones de fuego, los vientos y la lluvia fueron trazando uno de los panoramas más espectaculares e inquitantes del planeta.

¿Cuántos tipos de hadas existen?

Existen diferentes tipos de hadas : hadas de agua, hadas de fuego, hadas de tierra y hadas de aire.

¿Cómo se llama el lugar donde viven las hadas?

Si alguna vez te has preguntado donde residen las hadas, El altillo de los Duendes te lo va a mostrar. Las hadas habitan en tu tocados, tu armario de la ropa, conviven con tus mascotas, convierten tus pilas de ropa en su cama y tu cocina es el lugar perfecto dónde esconderse. Esta colección te muestra todas estas hadas en cocinas, costureros, armarios, entre flores y mucho más.